Y la natación no es la excepción, particularmente la natación de pileta, la que debe efectuarse en recintos de dimensiones limitadas a los que concurren decenas de personas reunidas para un mismo fin: practicar, socializar, compartir.
Los que nos dedicamos a la práctica libre de la natación y desarrollamos rutinas de nado continuo (tan sencillamente descriptas por la intraducible expresión inglesa lap swimming) sabemos que dicha disciplina requiere seguir unas pocas reglas básicas, respetadas invariablemente por los integrantes de los equipos de competición durante sus entrenamientos, para que nuestra experiencia en la pileta resulte tan eficaz como placentera.
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